
Esperar qué. No quiero seguir dopándome, engañándome. Frente a mis ojos el gris totalizante de la ciudad.
No existe el silencio.
Humo. Gritos. Frenadas. Insultos. Indultos in-justos. Incendios. Descontento.
Y si la ciudad no me gusta, me voy.
Y si esta gente me ensucia, la ignoro.
Astiado. Aplastado. Sedado. Golpeado. Atormentado. Timado.
Dónde estoy. Qué soy en este presente. Dónde caen mis gritos acallados.
Hacia dónde se dirijen mis errantes flechas.
El alma busca una salida presa del veneno del cuerpo
la mirada se seca en una lágrima de cristal
y la lucha y las ganas de trascender cae como cae el puñal del asesino:
el parpadeo lento y fatalmente sedante
se des-materializan las formas sin tiempo en espacios de aire
cae mi alma en roja sangre al silencio absoluto
El alma busca una salida presa del veneno del cuerpo
y la lucha y las ganas de trascender cae como cae el puñal del asesino:
certero
crudo
frío
la vida se des-ilumina crudo
frío
el parpadeo lento y fatalmente sedante
se des-materializan las formas sin tiempo en espacios de aire
cae mi alma en roja sangre al silencio absoluto