martes, 20 de mayo de 2008

Las primeras lluvias.

Venenosas.


Cargadas del gris del cielo revientan en el suelo las pesadas gotas.


Tontas mongas celosas las gozan, pero se queman con su ardor.

Lluvia ácida. Lento las quema. Rápido se desarman. Y en el suelo mueren pisoteadas.
Aristo

Desde el mundo de las ideas