domingo, 30 de marzo de 2008

Peter Pan


No es ilución dejar la ventana abierta
niña hermosa
a veces terca

Cuidado que me hago viento
y en el aire
tu respiración siento, perfume del tiempo

Y si llego y no estás?
y si te veo enredada en sueños malditos
y no te puedo despertar.

No es una tonta ilución.
Es el bello juego de soñar
verte de nuevo hermosa y romper el frío cristal

Meterme por tu boca
y en tu corazón reventar
una vez más, hasta que el alma deje de sangrar

Cómo privarme de amarte una vez más
la maldición
la lujuria, el pecado capital

Caer de nuevo a tu tibio cuerpo
sin tiempo, momentos perfectos

la música de los gemidos
la expresión de los rostros complacidos
tu cuerpo en el mío y
el estallido cósmico del perfecto latido

dos hechos uno
en-un-amor
en-un-cuerpo
en el recuerdo te siento

levanto mi rostro y lanzo mi amargo lamento
la ventana está cerrada
cómo hacer carne la bella utopía?
si me has bloquiado la única entrada


Aristo
trovador, dulce poeta

Viene, estará, se irá y volverá... eternamente.


La des-materialización del calor.
Día a día siento más fuerte la presencia del otoño.
El paso silencioso de las estaciones lo contemplo en quieto silencio.
En el oído siento su susurro lento y trato de romper con mi humanidad para ser-en-lo-natural no ajeno.
Ser viento en el viento. Agudizar más mis ojos, los poros. Respirar desafiante.
Como pantera avanzar ágil entre las culebras.
Respirar profundo y abrir los brasos.
Abrasarme a la vida y dejarme llevar al néctar de la infantil sabiduría.
Reír. Saltar. Meditar. Pensar. Respirar. Vivir.
Ser-feliz.



Aristo

sábado, 29 de marzo de 2008

poética del tiempo


Caminando a paso lento
respirando profundo contemplo
Siento y pienso. ¿Pienso y luego existo? No.
Cae musical la amarilla hoja bailando infantil recorriendo el espacio indómito.
Cae y gira. Planea y silva en el juego del viento. Música y baile.
¿Se abrán equivocado los árboles?
Vientos de otoño parecen haberse enredado en el recuerdo del tiempo.
Un des-ilucionado enamorado lo llama después de haber matado.
Desesperado. Frenético. Atormentado.
La maldición del amor. El veneno del beso que se siente. La pena maldita.
Lucho contra el tiempo y el espacio, pero eterno llega una vez más
el otoño, y llegará el invierno. Hasta la muerte de la muerte.
Hasta la detención imposible de Cronos.
Hasta que deje de florecer la primavera.
Hasta que se cristalice el viento.
Cada presente lo quiero
Uno tras otro lo deseo
Vivir viviendolo
hasta toparme con la muerte
u otra suicida hoja de otoño
que en el alma se me clave
y los sueños me mate



Aristo

jueves, 27 de marzo de 2008

Fausto no-convertido


Escribir a sangre


a pulso caliente

el gusto, casi fanático, por el mal gusto


Sé que se siente. Entre las piernas te recorre y te sube maligno

mi siniestro pensamiento en tu mirada brillante revelado

en la boca semi-abierta y húmeda

la respiración tibia contenida
en el rojo pensamiento la lujuria y el veneno del lívido

te invito a que el filo de estas letras corten tu ropa y
con la roja lengua
tu piel absorban

poro a poro,
bajar por tu cuello ligero y detenerme entre tus piernas certero

el deseo maligno de las manos que tropiezan en tus pechos
apretarlos hasta reventarlos
en sudor espeso y licuosos fluidos

volar mi mente y reventarme en tu cuerpo en el tiempo detenido

caer perverso a tus sueños y destruirlos
presa demencial del olvido

domingo, 23 de marzo de 2008

momentum

Cae
el silencio en la nota.
La gota en la hoja.
Música
Ritmo. Tiempo. Fluido. Sensación cósmica.
Por las estrellas perdido.
Borracho. Canto a mi alma y tomo vino.
Me salgo entre mis poros y al viento feliz me arrimo.
En un baile orate de las verdades me río.
¡Demente! ¡Espíritu felino!
¡Larga vida Aristo!


Espejo y sombra

Ácida malévola palabra de verdad

En algunos momentos busqué oscuridad y negro frío.
La sensación de caer. Anhelé el vacío existencial y ser un perro o una piedra...
algo sin vida, que no sienta.
La sensación que todo molesta. La náusea por la mañana y el vómito ácido de ideas profanas. Sentir pesada la espalda y que nada ni nadie vale nada.
Maldiciendo y aplastando.
Odiando-me y sin salida querer correr sin parar
por cualquier parte ciego avanzar.
Gritando, luchando contra el azote del viento.
Romper violento las murallas con mis puños.
Saltar alto y caer.
Caer fuerte y golpearme y sentir el dolor agudo y exquisito de que con la espesa sangre roja discurre mi maldición negra.
Sentir el pecho agitado y la des-orientación de quien cae por primera vez a la tierra.
Aturdido errante caminar sin-sentido.
Riéndome de mi miseria en la de los demás.
Castigar el cuerpo para liberar el alma. Cultivar el cuerpo para sanar el alma.
Reventarse de golpe contra una pared
para morir y cerrar los ojos
y dejar de constantemente caer: en la vacía vida de quien estas palabras de bíliz vomita
La seducción suicida se fue.
El veneno de las perras lo maté conmigo en él.
Siento que se me despeja la frente, en la zona limpia de las cejas.
Las sienes ya no me aprietan frenéticas.
Ya no se hinchan las venas. Ya no hay más sudor helado en la espalda.
Las manos no me transpiran.
Me gusta este lugar. Me hez familiar. El sol es tibio y la luz es clara. Huele a tierra húmeda.
Se sienten suaves las plantas al tocarlas tímido con mis infantiles manos cansadas.
Miro nuevamente al cielo:
no estás, nunca estuviste.
Silencio.
Me sientes.
Te veo.
Estás.
Posada en la flor rosa de mi sentir.
Hermosa.
Juegas con mis silencios.
Vuelas sobre mí, inquieta-infantil, mujer niña siempre estuviste ahí.
Pero déjame ir y venir,
como el travieso viento necesito látigo y solitario frenesí.
La no-palabra, la desaparición del momento,
la muerte macabra.




Aristo
liberándose violento
destruyéndo-se
construyéndo-se

Reflexión en la hora más silenciosa de todas

En silencio ando pisoteando el gris suelo.
Añorando el otoño y su colchón de crujientes hojas secas.
Viene en el aroma el recuerdo blanco de tu cuerpo. En la cercanía de tu boca lo siento.
Es la misma música. El choque cósmico centellante de tu luz mirada,
se discurre como el agua del río entre las manos. Se miran. Se esconden. Se buscan. Sueñan. Recuerdan. Ríen.
Suaves fragancias me cosquillean intrusas el recuerdo. Y sonrío en silencio. Espero. Debo esperar. Respira, levanta la cabeza y busca el fin último que no es otro que ser-feliz.



Aristo

sábado, 22 de marzo de 2008

(Otra Reflexión) Viernes no tan santo

La ciudad respira.
Las calles se hacen más amigables.
La gente está en sus hogares. Hay silencio.
La luz se siente tibia
y en las murallas se dibujan formas de proyectadas sombras de árboles.
A la noche salen los gatos y rondan dominantes las calladas casas.
A la noche, tus ojos.
Almendrados.
Directos.
Seguros-Exóticos-Eróticos-Certeros.
Tapo con el manto de la noche el momento.
En el silencio escrito decifro tu imagen en mi intoxicada mente bombardeada.
Bella mujer calla. Sigamos en silencio, esperando otro momento. Cristalizando el espacio y el tiempo. Girando sin movernos.
Aún pesa en mí el recuerdo de presentes pasados
casi olvidados.
En un soplido de viento espero perderlos
humilde pagano canto
a tu rostro, ojos abiertos.
Silencio.
Despacio.
Te siento.
Tornado de viento.
Se libera Aristo.
Poro a poro lo suelto.
Loco salvaje de nadie.
Solitario se marcha a fino paso lento.
Vuelve libre sin tiempo y se posa en un pensamiento riendo
...
Sonrío y tímido me voy en otro pensamiento de río.


Aristo pisotea la lápida del dios muerto: se envenena y su alma libera

viernes, 21 de marzo de 2008

Reflexiones paganas

Contemplar. Mirar por la pequeña ventana y ver las hojas danzar.
Tranquilas en su indivivualidad, unidas en un todo troncal.
Verdes, grandes y pequeñas hacen al viento silvar. Ritmos lentos y a veces violentos.
Caen las hojas y el pensamiento se eleva.
Extrañaba pensar.
El espíritu se sublima, pero no por efectos de esa suicida sensación falsa de amor.
Los momentos y el viento. Los pájaros, el silencio.
En la idea me fundo con la mística de la montaña y proyecto mi imagen hacia estados gélidos y cósmicos. Soy uno con el universo. Siento su pena, pero me refugio en su eterna sabiduría. Inteligencia de niño sabio que ríe y no se averguenza. Amo al mundo y amo la sensación de amar. Cuan atrapado estaba mi espíritu. Cuán opaco estaba el pobre de Aristo:
reprimido y estupidizado, incluso seudo cristianizado, pero hoy vuelve a danzar feliz y burlesco, riéndose de todo bien y todo mal.
Da igual.
El mundo se me revela en pequeños códigos, en detalles, en la ventana observada,
en la hoja que vuela, en el viento que tímido sopla.




Aristo

jueves, 20 de marzo de 2008

NEGRO!

Borracho de veneno
alcohol, droga y la maldita indesición
de salir loco a la estúpida persecución. Mejor vete. Vete ya. Déjame en paz.
Caen sobre las teclas letras pesadas
no pensadas
menos meditadas
qué importa
a mí, nada.
Si llegas, te quedas o te vas
jajajá
Mente ebria me tiene en Italia
allá estoy
mejor me voy
a la calle, a la aventura, el des-amor
el despecho
la madición
suicida canción
Ebrio
mejor me voy
No. Vete tú o vámonos los dos: ¿Los dos?
No sé. Me voy. Dónde. Qué se yo.
Mente no-normal ¡basta de pensar!
Quién lo quiere hacer. Déjame ser. Estúpido enloquecer.
Me voy sho al más ashá.


bLabLa-bLabLá!

franccesco barbatini

lunes, 17 de marzo de 2008

MaLdito otro-yo

Yo no fui. Aristo fue.
No lo perdones, pero a mí no me abandones.
Es un loco ¡un poeta!
Por eso está preso en mí. No puede andar suelto
sin filtro lanza granadas rojas y certeros cuchillos
Sin límtes avanza destruyendo y construyendo.
Impune. Desvergonzadamente feliz. Solitario.
Felicidad felina. Felicidad de águila.
Se revela contra mi corazón y escupe fuego.
Entiéndelo. Él fue, no yo.



Franco

ahg!

Recuerdos. Hermosos recuerdos
me lastiman
sangran
hieren
lloran
Dónde estás
sal de la hermosa imagen
y haste carne
por favor
necesito tu olor y abrasarte
estás en todas y en ninguna parte
te llevo en mí
libérate de la prisión de mi cuerpo
sal y vuelve
ódiame y quiéreme
¡sal del maldito recuerdo!
¡sal de mi cabeza!
vuelve con el viento
y sorpréndeme con un nuevo silencio
¿dónde estás?

Aristo

Del amargo des-amor

Cómo dueles.
En la lágrima contenida y en las palabras no pronunciadas imploro tenerte.
Pero en nuestro mundo individual no hay espacio para amar-nos.
Ya no nos queremos, pero nos amamos.
Lo sé. En tus ojos lo siento. En la mirada borrosa y celeste estoy aún ahí, con lo mejor de mí.
Cómo dueles.
No sé qué es lo que duele, pero me clavan punzantes las espinas. Y sangra el corazón porque ya no tengo esa rosa flor antes mía.
Cómo dueles.
Cómo duele vivir sin ti hoy. Cuánto te extraño, en mi cuerpo y en el solitario pensamiento te escucho y te siento.
Cómo dueles en las frías noches sin tenerte. Cómo me duele el suicida silencio.
En este momento te escucho en la agonía del corazón triste. Palpitante me llama. Agónico luchando por no verme. Pero estoy en el aire, en el aire que tú respiras.

Dónde estás princesa de corona caída.

Estás en mí, mas la maldición del viento nos nubló los ojos del sublime sentir.
Quién diablos nos separó. De quién fue esta cruel broma.
El daño hecho hecho está y las heridas no dejan de sangrar.
No te quieres curar. Te puedo ayudar. ¿Te quiero ayudar? Quiero volver a amar-¿te?
Pero no quieres luchar.
La pena y el des-encanto de mis filosas palabras de sangre:
torpes e impulsivas.
Ciegas y estúpidas.
Golpeadoras y mentidas.

Pero cada amargo resabio al viento me lastimó violento. Y también sufro. Y me dueles.
Y me gustaría borrar todo, pero no se puede.
Sólo si nos logramos sanar podremos de nuevo juntos estar
y al mundo de colores pintar y sobre sus nubes volver a danzar.
Solamente dame del corazón una señal
...
una maldita señal para esperar.


El infierno de Aristo

domingo, 16 de marzo de 2008

Me miro al espejo po'

¿Habrá muerto todo ya?
Tanto odio y cuchillos lanzados
Tantas mentiras y lágrimas en vano

Tanto sufrir. Quiero sacarte rápido de mí, pero hay mucho en mí de ti aún.
Hay cosas hermosas, no recuerdos

Está tu aroma y tu mirada
la música de tu voz y la imagen de niña

Pero quiero sacarte en un suspiro. Ya basta. Vete.

¿Es que no entiendes?

Si te odio es porque aún te amo.
Si te lastimo es porque necesito de tus reacciones.
Si te maldigo es porque quiero irme al infierno contigo.
Si te grito es porque extraño compartir tu silencio.
Si estas letras esquizoides se empapan en rojo furioso es porque son tus hijas abandonadas:

mujer poeta bruta niña torpe
hermosa y cruel escorpión
embaucadora y soez
me encantaría beber una vez más de tu veneno exquisito

y emborracharme de ti en atemporales momentos
en-amor-a-dos y brutalmente separados

éramos un peligro para esta sociedad
cómplices de todo
cuidado, no vayamos a pintar de colores estas sucias calles
cuidado, no vaya a ser que seamos más felices que los demás

los dioses tuvieron celos de nuestro amor terrenal de aire divino

Está bien. Tuvo que ser así. En este mundo ya no existen las historias de amor.

De la muerte y su eterna resurrección

El odio se fue. Es parte de la liberación del espíritu.
Las palabras empapadas de lágrimas y sangre se secaron
sin verguenza vomité mi sentir angustiado
dolido y dañado
atacado y confundido.

En un último respiro se fue la impotencia
algo me ha enseñado vivir y es
a vivir-siendo-feliz

Estoy tranquilo sintiendo de nuevo el vibrato del hermoso viento,
observando la erección de los bellos de mis brasos.
Sonrío en silencio. Respiro profundo. El mundo me saluda.

En un río oscuro quedó todo vestigio de resentimiento. El cuerpo no quiere esa contaminación.
El alma se eleva sobre las imperfecciones de la carne y apunta felina sus flechas de oro hacia la felicidad de una vida sencilla y tranquila.

Estas palabras de paz son casi llevadas por el viento al olvido o a la memoria de lo que no tiene importancia. Son hechos menores, sin ambiciones ni esperanza.

Adiós pasados presentes que jamás volverán:
ni en la coincidencia del pensamiento ni en el recuerdo

Me alejo lento de esa montaña. Otra vez. Sin mirar atrás.
Respiro profundo. El viento me golpea travieso la cara. Sonrío en silencio. El alma está en paz.

jueves, 13 de marzo de 2008

VÓMITO !


Un trago amargo para otro trago amargo
¡me cago en este puto mundo de mierda plástico y en su gente hipócrita!

¡falso! ¡mentiras podridas!
cero compromiso muéranse y mátense entre ustedes
¡¡con sus lascivos juegos!!

no te creo!

no te creo!

no te creo!

como buen escorpión lleno de veneno te autoeliminarás

vive tu vida tonta y rosa
plástica y hueca

sigue engañando gente

sigue siendo mediocre

¡muere! ¡muérete y vete!

La revelión del pequeño

El amor consumido
ahogado por mentiras y basuras hipócritas
te odio

los días cada vez más plásticos
tus palabras impotentes y sucias
torpes y falsas

ser bajo te desprecio
fuera de mí
vete
ándate rápido
ya no estás
y no quiero que estés

palabras vacías decorando tu doble estándar
la doble vida de quien peca a escodidas

enredada en excusas buscas salvar algo de dignidad,
pero quien a hierro ha castigado a hierro lo castigarán

traspasarás mi mente y luego de mi corazón te irás
y no quiero que vuelvas
ni en la aventura fugaz de la roja noche
porque nunca fuiste lo que dijiste

jugaste a ser Dios y me escupiste el alma
y mi sentir anestesiado con coca
llora ahora negra sangre roja
y la angustia me asfixia y me provoca

es el padecer
debo vivirlo
quiero vivirlo

para no verte más
para olvidarme de que alguna vez te amé
como a tantas más

pero a ti no te amarán jamás
como lo hice yo
me arrepiento y escupo contra el cielo
maldigo a dios y contra su nombre blasfemo

te odio
los odio

fuera de mí
mujer pérfida y sentimiento amargo
a la blanca nada infinita los lanzo
fuera de mi recuerdo seres malditos

me dañaron y de mí se burlaron
nunca amaste
nunca sentiste
¡Nunca!

fuiste grande y sólo el consuelo me queda de haber perdido un mal
cuando tu perdiste mi eterna compañía inmortal



Aristo
y sus cuchillos afilados

domingo, 9 de marzo de 2008

Escupos de amor

Vivir en esta maldita sociedad. Intentar vivir en ella. Entre las garras de los ambiciosos y las mentiras del amor. Qué diablos importa ahora esa estupidez. Quién quiere vivir el amor si hay otras prioridades como el conformismo individual. Mentiras. Náuseas. Engaños.
Jamás quisiste amar. Jamás quisiste sentir. Jamás te importé.

Y continuará la búsqueda solitaria de la mujer guerrera que me arrebate los sueños.
Una vez más cae el soldado herido. Una vez más el mundo ríe a su espalda.
Nuevamente todos disfrutan de lo maravilloso de ser, existir y no sentir. Y uno acá matándose por amor, acuchillándose con pensamientos suicidas.

Déjame en paz. Vete. Fuera de mí. Pero vuelve, en carne no en recuerdo.

Cómo duele vivir a veces. Pero siempre se aprende.
Y ese amargo depositado en la fuente del alma.
Y tus palabras cuidadosamente dichas.
Tienes miedo.
Siempre lo tuviste.
Te ganó el pavor de seguir siendo tú en mí.
No estás y sigo siendo lo que soy. Es lo mejor. Quiero caminar sólo. Es lo mejor.
El mundo se cae a pedazos y se seguirá cayendo.
Los sueños de amor puro y verdadero siguen intactos.
Tendrán que matarme con ellos para que deje de creer.




Aristo

viernes, 7 de marzo de 2008

Decisiones que matan el aLma

La confusión en la mente y el maldito corazón... qué corazón. De qué estoy hablando si el sentir me hincha las venas, la pena me corta filosa la garganta y la angustia me encorba la espalda.

Está en mí ese sentir absoluto y totalizante. Soy en él.

La partida y el vacío existencial.
La indecisión de hacer lo correcto, pero qué es lo correcto: ¿el deber-ser,
el querer-ser?

atrapado entre mis pensamientos y la pared
no encuentro ya tu luz
no siento ni veo tus sonrizas y detalles.

Me he quedado ciego y camino dando golpes torpes y tímidos

No sufras querida mía
No llores pequeña
Olvídame y deja que el viento me saque de ti

No dejes de ser aire ni de sonreír
las calles grises necesitan la limpieza de tu mirada
ahora seca y triste

perdona mis latigazos de viento y mis torpes palabras limitadas
lejos de ser mi sentir, busco des-esperado el vibrato único y perfecto de la divina confluencia de la música y del concepto

tropiezo y nuevamente lo intento
siempre terco
siempre honesto
siempre soñador

mi ser opacado busca raudo la salida hacia la ventana del tiempo
a ver si no te me apareces en los sueños
a ver si te me arrancan del pecho
a ver si me desgarran la piel y estás aún

sola
contra la miseria del mundo
sin mi errática protección
ni mi inexplicable compañía

hasta siem-pre

miércoles, 5 de marzo de 2008

Manifiesto contra la maLdita apatía

Queridos compañeros y amigos profesores

Les escribo con mucho pesar. Este malestar se acentúa más aún cuando recuerdo las constantes y típicas críticas respecto a “proyectos de verdad” en nuestra facultad. Críticas que vienen de una generación apática, nihilista, estancada. ¡Nuestra generación! Alguna vez reclamamos por un espacio para desenvolvernos, bueno, lo tuvimos y se llenó de nada.

Qué pasó compañeros. En qué momento dejamos de soñar. En qué momento se des-dibujaron las ambiciones y empezamos a conformarnos con que los demás resalten. Por qué no ser nosotros personajes históricos. El mundo se mueve vertiginosamente frente a nuestros ojos atónitos y no somos capaces siquiera de escribir nuestras emociones. Somos comunicadores: historiadores y periodistas. Nuestra labor es observar este presente y el presente pasado y entregarlo al-otro. Qué es lo que pasa, acaso no hay suficiente para escribir, denunciar y desenmascarar. ¿Debe morir más gente? ¿Debe haber más corrupción? ¿Debe haber más robos y homicidios? ¿Debe haber más miseria para que nos movamos de nuestros cómodos asientos?

Compañeros, tenemos la dicha de ser una clase estudiantil, porque está claro que la educación dejo de ser un derecho y es un privilegio. ¿Estamos aprovechando bien esta oportunidad? ¿Acaso no hay conciencia de que a nuestra generación le corresponderá las futuras decisiones?

El tema que iba abrir la revista era el descontento social. Tan desconformes estamos que ni siquiera queremos escribir. ¿O nos habrán tapado los ojos? La paradoja de vivir en una sociedad cada vez menos social parece tenernos anestesiados en nuestros pequeños mundos individuales, quitándonos las ganas de construir o mejorarla en algo. Lo teníamos todo: el apoyo, el financiamiento y la asesoría de nuestros maestros. Pero no fue suficiente. Nadie escribió algo para la revista.

Como miembro del comité de editores de este proyecto, dejo mi puesto a disposición de ustedes o del tiempo y el olvido. Me encantaría bombardear de panfletos incendiarios la escuela y proclamar la revolución de nuestro intelecto inquieto y sediento. Ser un terrorista solitario destructor de las mentiras sociales. Revelarme contra el maldito deber-ser y liberar los instintos de grandeza. Compañeros, no se pasa a la Historia sin antes luchar contra ella, y claramente en esta trinchera no se está luchando por nada.

Aristo

sábado, 1 de marzo de 2008

el ahora, presente: único tiempo de la acción


Esperar qué. No quiero seguir dopándome, engañándome. Frente a mis ojos el gris totalizante de la ciudad.
No existe el silencio.
Humo. Gritos. Frenadas. Insultos. Indultos in-justos. Incendios. Descontento.


Y si la ciudad no me gusta, me voy.

Y si esta gente me ensucia, la ignoro.


Astiado. Aplastado. Sedado. Golpeado. Atormentado. Timado.

Dónde estoy. Qué soy en este presente. Dónde caen mis gritos acallados.
Hacia dónde se dirijen mis errantes flechas.

El alma busca una salida
presa del veneno del cuerpo
la mirada se seca en una lágrima de cristal
y la lucha
y las ganas de trascender cae como cae el puñal del asesino:

certero
crudo

frío


la vida se des-ilumina
el parpadeo lento y fatalmente sedante

se des-materializan las formas
sin tiempo en espacios de aire
cae mi alma
en roja sangre al silencio absoluto

Desde el mundo de las ideas