Se repiten los días
se repite el invierno
y no sé si cierro los ojos pero veo sin ver
veo un pasillo a media luz
escucho los tacones de mi mamá caminando
siento el calor de una estufa y el olor de un guiso
veo a mi madre planchar, lavar, cocinar, ordenar, amarnos, retarnos, besarnos
a nosotros
a dos niños
a dos hermanos
en un invierno cálido
en una casa modesta, pero en un hogar magno
veo una vida con tanto amor
con tanta dedicación que jamás sentí frío
los cuadernos abiertos y su mirada atenta
días que no volverán, pero que existirán para siempre
Es él, ser de voz y viento que habita dentro de mi piel. Es Aristo Risato, el de las ideas malditas, el de las letras de sangre.
miércoles, 13 de abril de 2011
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