jueves, 3 de abril de 2008

Palabras al viento

Recuerdo cada palabra dicha.
Ahora al lado tuyo de ti me escondo
tonto me averguenzo al mirarte nervioso
La atracción exquisita hacia a ti
Mirarte. Conocerte. Besarte.
Las ganas de estar contigo
sólo para contemplarte
mientras te mueves y
te haces colorido arte
Te veo sola brillando errante
cómo no querer acompañarte
aunque sea un mínimo instante:
momentos pequeños, los bellos detalles.
Pero ahora el silencio
me ordena alejarme
y seguir desde lejos observándote.
Bella mujer fina piel
te veré más adelante. Lo sé.


Aristo
y la maldición del amor

Silencio


Refugiado en el misterio, el silencio
me aparto y escapo de lo-que-es
contemplando, a paso lento

necesito respirar limpio
fuera de este gran vacío

domesticar mis pensamientos
des-racionalizándome
perderme en las profundidades de mis laberintos

crear desde la destrucción
de los viejos recuerdos

perderme de mí
sin historia ni tiempo

aniquilarme el existir
y des-materializado en polvo cósmico
sentir

el sublime latir
el ritmo del universo hecho hoja en el viento,
el movimiénto místico del árbol en péndulo

Humanos cansados ya de su juego violento
detenidos en su momento
observan perversos

el detalle revelado
la sonriza diminuta
de quien a su Dios ha asesinado
el estremecer interno

la contemplación maldita
de quien a sí mismo ha crucificado

su eterna mentira
razón de lucha y vida

caos del ser en su conciencia

y viene la idea
seducción suicida
de matar el no-ser y volver a ser-lo-que-se-es

ser preocupación y carne
la realidad de los-otros
su economía y sus mentiras

pero ése no es mi camino
me largo al bosque raudo
no huyendo me largo del gris

me lanzo ciego
y caigo sin fin
recorriendo el infinito interno

me aparto de la sociedad en silencio
a ser feliz
abrasado a tontas mentiras
no sufro nunca más el vivir

Vuelvo.
Estoy.
Soy.




Aristo

sin-tiempo

Desde el mundo de las ideas