Su boca gruesa tocaba lento la mía: abriéndose, cerrándose, respirando de mi aire
y sus ojos cerrados al abrirse calaban profundo los míos
llegando al secreto de mi felicidad
mi felicidad es un beso de ella
aunque sea en los sueños
aunque sea en la no-realidad
aún siento su tibio aliento y su abraso tierno
ya despierto vienen los humanos pudores
la inseguridad que trato de vencer
quiero verte aunque sea para verte de lejos
eres un regalo
eres mi música de la mañana
eres mi ilusión de la tarde
eres mi rezo de las noches
aristo
poeta del arrebato