domingo, 18 de marzo de 2012

duermo con el cenicero al lado mío
lo veo y veo sus colillas muertas y retorcidas
cenicero o cementerio

es como dormir con la muerte y despertar por su a descomposición
y mejor qué se calle quien no tenga secretos en su cama

los rincones también pueden hablar
los sueños bajan de las orejas a la almohada

ojo con los ojos cerrados que ven más allá
cuidado con las manos que buscan

sigo invadido de ese olor a tabaco muerto
sigue explotando la sangre corriendo por mis venas
sigue el viento removiendo costras como un espantapájaros omnipresentre

desde la profunda noche
antes del amanecer
hasta el último cigarro
hacia cielos soñados
no le temo al vacío mirándolo desde las alturas
por mi mente ha pasado la sensación de lanzarme y volar y que no haya caída

el impacto no libera
las lágrimas también secan
la carne abierta, el corazón sobre el pecho y los ojos en las manos

la mu ti la ción es ne ce sa ria cuan do el los la ti dos son sís mi cos

y que corran libres todos los ríos
y que se vayan todos a sus escaleras que los esperan
hacia celos cristalizados en infinitos fragmentos sin forma
cambiantes y caóticos en sus colores invitan
ven, sígueme, soy un camino

el rojo no es el único color de mi sangre
los muertos también caminan
las sombras asechan mientras se asoma el sol
durante la hora azul caminan a contraluz

por qué hay pájaros negros sobre las ramas de estos árboles
por qué llaman a la muerte
por qué cantan hacia el río que es espejo

y si somos nómadas del presente
quién escribe esta historia
extraña es la caída
cuando es hacia
adentro

cómo la vida que cae desde el cielo
atada a una piel creciendo en la consciencia
de todo menos de su propia caída
asenso a la alturas del espíritu

amor del águila por la serpiente
amor desgarrador de la gota que se despide de la hoja que la contuvo
pero debe irse
debe seguir cayendo porque caída es

Desde el mundo de las ideas