
de liviandad y ligereza
de no sentirme encadenado
a mentiras divinas
ni a la
pereza
mi espíritu siempre encaminado
lanzado a la dirección del viento
sin tiempo ni lamentos
fundirme en su misterioso silencio
el cosquilleo interno
y los bajos pensamientos
me río niño poeta violento
me sorprendo a cada momento
con los ojos abiertos
siendo
parte
del todo
voy sintiendo
sin dioses ni religiones
felino avanzo destruyendo
reconstruyendo la música
oservando las hojas que siguen cayendo en este invierno
me alejo del ruido y de las bajezas de los retorcidos
prefiero tener a pocos
pero que den la vida por su amigo
me arrojo a lo nuevo
con la frente limpia
sin miedos
voy por la conquista de mis sueños
aunque deba
bajar al mismo infierno
le digo SÍ a la vida
y a sus huracanes y suicidas tormentos
Aristo
nada de listo