martes, 17 de junio de 2008

la luna en el cerro

cae la sensación en la mirada
de liviandad y ligereza

de no sentirme encadenado
a mentiras divinas
ni a la
pereza

mi espíritu siempre encaminado
lanzado a la dirección del viento

sin tiempo ni lamentos

fundirme en su misterioso silencio
el cosquilleo interno
y los bajos pensamientos


me río niño poeta violento

me sorprendo a cada momento
con los ojos abiertos
siendo
parte
del todo
voy sintiendo



sin dioses ni religiones
felino avanzo destruyendo

reconstruyendo la música
oservando las hojas que siguen cayendo en este invierno


me alejo del ruido y de las bajezas de los retorcidos
prefiero tener a pocos

pero que den la vida por su amigo


me arrojo a lo nuevo
con la frente limpia

sin miedos

voy por la conquista de mis sueños
aunque deba
bajar al mismo infierno

le digo SÍ a la vida

y a sus huracanes y suicidas tormentos



Aristo
nada de listo

Desde el mundo de las ideas