escribo desde un rincón oscuro
desde la desconfianza hacia al otro
sintiéndome en un campo de batalla los miro en silencio

mientras ellos escriben
yo escribo
sentado lejos de su alcance
escribo imaginando el sonido del río

cristalino lo escucho mientras lo imagino
brillante entre verdes tonos y mojadas rocas
hago real lo que pienso al sentirlo

y libre me siento de ataduras conceptuales
más allá de esa maqueta de lo real sentado escucho
el silvido del viento, la música del silencio


Risato del viento

Invierno

llega el invierno
no lo dice el calendario
a

lo grita el aire tibio y el viento

el anuncio de la primera lluvia

el redoble de la tierra en profundos tambores

r

pasó la crisis

ya no lucha el otoño contra el cuchillo húmedo del invierno

por la noche fría las hojas caen suicidas

y llueven secas hojas cafés muertas

i
yacen tumbadas en el suelo
unas sobre otras apiladas en frágiles montañas
s

llega el invierno

mi cuerpo lo siente

es una sensación irracional

que va de lo que pienso al movimiento

t

mi alma silenciosa espera la llegada del rayo

inmutable sentada sobre una imaginaria roca

más allá de mi superficial vida externa, de esa maqueta de lo real

mi alma espera imperturbable ese gran momento

o
el anuncio de algo nuevo revuelve al yo interno
es la música

de ambas naturalezas que se comunican

a

en su diálogo profundo y silencioso

r
golpean mi pecho
son las hojas del invierno
yo no entiendo
mi otro yo escucha atento
ha llegado el invierno, ha llegado la lluvia a mojar lo que estaba seco
i
s
Aristo Risato
arrodillado ante las montañas

vuelvo a escribir porque decidí amarte

algunas dudas revolotearon frente a mis ojos

pero tú siempre estuviste ahí

con tus ojos pequeños mirándome

con tu corazón enorme amándome

mujer-tierra eres pura guerra

pero tu amor es suave y dedicado

disculparme si dudé

pero aquí estoy

león tuyo soy

amante nocturno

con mis manos te hago mía

en las negras rojas noches

en los claros rojos días

Risato

lindos días fueron, lindos días vendrán

vuelvo a escribir

ayer pensé que era por algo que pensé

ahora me retracto

pero vuelvo a escribir

y esta vez lo hago

¿me explico?

vuelve la poesía a mi cuerpo profano

vuelve la melodía a mojar mis sucios trapos

da lo mismo el motivo

escribo porque cada letra le saca peso a cada paso

se me hace más respirable vivir

se abre la sensibilidad de mi ser opaco

y las flores brillan

y la lluvia ya no quema

y la soledad ya no la siento como una condena

todo se abre todo se cierra

del fracaso a la gloria

la angustia perra

ya no me quema

vuelve a cantar Risato,

que el invierno no acalle tus melodías de martillo y viento

que su agua no ahogue al bastardo cantor ahogado en mares imaginarios

nunca sentí frío al dormir al lado de un amor

qué nos pasó

se congeló el sentir y ganaron las sombras

sus manos ya no son tibias

el cariño es apático

y su cuerpo

arranca

del mío

dónde quedó el amor

entre lágrimas y sangre impotente lo busco rompiéndome las manos

golpeo y golpeo mi pecho

golpeo y golpeo y no lo encuentro

no lo siento

me seco

me hundo

me pierdo

me muero

Aristo Risato

Es una pena como cada uno se fabrica su propia condena
reconozco que he vivido
pero sobre todo que he pecado

no merezco juicio, pues nací condenado

mis manos marcadas

en cada una de sus cicatrices

es la vida la que habla con sus navajas

amante de los vicios y la noche

de las drogas y las bellas mujeres

de la velocidad y el vértigo de la muerte

soy culpable de todos mis pecados

desde los más pequeños

hasta los más malvados

R

I

S

A

T

O