miércoles, 30 de enero de 2008

Tarde negra de enero

el acto poético de clavar la pena de mi corazon a un pasto inocente
el arranca-almas viene
la crueldad despiadada de sangrar tinta sobre mis heridas
mi infinita estupidez de no entender tus razones de amor

me agita el corazón. se me hinchan las venas. me palpita la frente sudada. las sienes parecen reventar. siento que te vas de mi-ser. siento en mi cuerpo tu partida. siento como sangra mi alma.
siento como mi piel lucha por no dejarte ir.



silencio.
respeto.
ya no estás.


Blanca Nada

martes, 29 de enero de 2008

Odio lo que amo

Habla el alma enrabiada. Habla la mano temblorosa. Habla el corazón atacado.

Escribo con sangre. Me muerdo y me enveneno. Castigo la cordura con humo maLdito.
Claroscuro. Río. Me levanto y me caigo. Me levanto. Pesa sobre mi espalda la existencia y la puta ausencia, cargo la pena negra y la ácida lágrima contenida. Castigo los te amo golpeándome en la conciencia. Golpes de realidad. Bienvenido al mundo. La maravillosa realidad de las relaciones des-echabLes. Golpe de cinismo. Golpe de sonriza muerta. ¡Falso! ¡Falso! ¡FaLso!

Mentiras y caras estúpidas para una sociedad que se cae a pedazos ¡Nunca! ¡Jamás!

Mi maldición caiga sobre las palabras relativizadas y vacías
El honor de la palabra dada dónde quedó.

agitado caigo preso de mí
añorando a cada segundo una señal

la luz de tu mirada
ahora seca

lunes, 28 de enero de 2008

epitafio para un amor muerto

El calor del abraso final. No te pedí un último beso, porque eso habría sido cerrar la iLusión. La ilusión siempre queda. Y tu aroma cómo se quedó atrapada en mi garganta. La música de tu triste voz aún la siento resonar en mis tímpanos, calando mi sistema inmunológico, rompiéndome los huesos y reventándome el corazón en roja sangre. La mirada hacia atrtás y la duda de seguirte. Nuevamente miro: quiero rescatarte de tu suisida decisión. Sigo. La sensación e ese abraso aún no me deja. Se me nublan los ojos. Ya no estás.

Sí estás
te siento

Sí estás, porque te siento en mí: siento el ardor de tu alma dentro del mío.
Sí estás, siempre estuviste.

Las lágrimas son agujas que me cortan la cara. Me dueles... a cada segundo.
Cómo hacer frente a esta negra sorpresa. Cómo atacar, cómo defenderme, cuando he sido golpeado por la espalda. Jamás lo entenderé. Sólo el viento lo sabe. Sólo las flores lo saben.

Sientes cómo se crea un pequeño vacío en el alma? Es el vacío de la existencia que reclama la presencia del ser amado. Porque ya éramos uno. El vacío existencial. Suspiro existencial al sentir que no te tengo. Las manos sudan. Se escarcha la espalda.


Se manifiesta el sentir de misteriosas maneras. Pero estrañamente estoy tranquilo. Eso es lo primero. Mañana veremos que pasa.
Aquí yace mi corazón muerto.
Aquí, en este mismo lugar, se asesinó a la más linda historia de amor que jamás existió.



Aristo

viernes, 4 de enero de 2008

veneno mortal

Buscar el estado no es la solución. Buscar algo. ¿Qué?
La vida se manifiesta insolente y sabia. Irrefutable. Implacable. Inexorable y aplastante. Y en la cumbre del pensar se ilumina la pregunta. Limitada por las limitaciones de nuestro conocimiento. Miserable florece bella. Y estremece. Y pareciera olerse en el ambiente la congelación del tiempo: frío ácido de óxido pensamiento
la petrificación de la mirada en la esquina absoluta
y viene como rayo la sensación de que somos nada en juego de dioses
que somos poco, pequeños.

Las cosas no andan bien por el mundo. Y no es sólo por las guerras. La gente dejó de soñar. Las personan ya no creen. Funcionan. Dicen creer tapando su vacío con bultos de nada, de ideas huecas, de palabras sin alma. Hacen falta héroes. Héroes y nuevas ideas. Substancia. Inyección de cólera y que la ciudad arda en coLores. Explociones de vitalidad. Hace falta reír.

En qué momento fue que creímos, neciamente, que lo importante era el-tener y no el ser-feLiz

¿ ?



Aristo

Desde el mundo de las ideas