domingo, 18 de mayo de 2008

naturaleza no-humana

sin importar la fecha
ni la voluntad humana

se manifiesta pleno el cambio de estación.
caminando de noche el silbido del viento y la sinfonía de las hojas arrastradas por él,
obligadas a bailar su demencial danza, entregadas a su movimiento.

el aire tibio
el cielo gris denso rojo al atardecer

se manifiesta el poder no-humano
divinamente superior y eternamente cíclico

una y otra vez hasta que no haya un hasta
hasta que vuelva a comenzar,
eterno anillo dorado del tiempo

sobre toda vida humana
sobre toda inteligencia y artificio militar

el invierno siempre será invierno y para siempre sucederá al otoño
y los vientos en las horas de la madrugada sonarán como el mar
como la ola que se recoje en silencio para no despertar a sus amantes

florece el otoño en cada hoja violada por el viento
en cada mirada resignada a su infinita eternidad inexorable

en cada instante en que siento el paso del tiempo en mi cansado cuerpo
y veo la explosión de jovialidad en cada nuevo nacimiento de un nuevo tiempo eterno

Aristo

poeta de los colores


Desde el mundo de las ideas