martes, 3 de junio de 2008

¡stop!

no entiendo
tanta torpeza
contraria a su imagen, su belleza

justificando sus dardos con veneno
se olvida que detrás de mi dura postura
siento

cállese
por favor se lo pido
me dueles cuando disparas sin motivo

las disculpas las entiendo y las acepto
pero la heridas sangran
chorrean en roja sangre espesa

contengo las lágrimas
porque no se las merece

controle su boquita
porque será muy bonita
pero a cada palabra

en mí siembras dinamita

y es que estoy harto
de que por todo me incrimines
que impune mis errores
me los enrostres y con ellos me castigues

si no puedes superarlos
vete en silencio

deja de esperarlo todo sin dar nada

no soy tu perro
no soy un rastrero

haz algo
dame algo de ti, una señal

de lo contrario
déjame partir
libera mi corazón de tu maldito latir


Aristo
y el martillo
no más mensajes
no más palabras
nada que nasca de mí
sólo mi forzado silencio
para que te congeles
para que te mueras de frío



Aristo
tormenta de invierno

Desde el mundo de las ideas