viernes, 7 de marzo de 2008

Decisiones que matan el aLma

La confusión en la mente y el maldito corazón... qué corazón. De qué estoy hablando si el sentir me hincha las venas, la pena me corta filosa la garganta y la angustia me encorba la espalda.

Está en mí ese sentir absoluto y totalizante. Soy en él.

La partida y el vacío existencial.
La indecisión de hacer lo correcto, pero qué es lo correcto: ¿el deber-ser,
el querer-ser?

atrapado entre mis pensamientos y la pared
no encuentro ya tu luz
no siento ni veo tus sonrizas y detalles.

Me he quedado ciego y camino dando golpes torpes y tímidos

No sufras querida mía
No llores pequeña
Olvídame y deja que el viento me saque de ti

No dejes de ser aire ni de sonreír
las calles grises necesitan la limpieza de tu mirada
ahora seca y triste

perdona mis latigazos de viento y mis torpes palabras limitadas
lejos de ser mi sentir, busco des-esperado el vibrato único y perfecto de la divina confluencia de la música y del concepto

tropiezo y nuevamente lo intento
siempre terco
siempre honesto
siempre soñador

mi ser opacado busca raudo la salida hacia la ventana del tiempo
a ver si no te me apareces en los sueños
a ver si te me arrancan del pecho
a ver si me desgarran la piel y estás aún

sola
contra la miseria del mundo
sin mi errática protección
ni mi inexplicable compañía

hasta siem-pre

Desde el mundo de las ideas