domingo, 16 de marzo de 2008

Me miro al espejo po'

¿Habrá muerto todo ya?
Tanto odio y cuchillos lanzados
Tantas mentiras y lágrimas en vano

Tanto sufrir. Quiero sacarte rápido de mí, pero hay mucho en mí de ti aún.
Hay cosas hermosas, no recuerdos

Está tu aroma y tu mirada
la música de tu voz y la imagen de niña

Pero quiero sacarte en un suspiro. Ya basta. Vete.

¿Es que no entiendes?

Si te odio es porque aún te amo.
Si te lastimo es porque necesito de tus reacciones.
Si te maldigo es porque quiero irme al infierno contigo.
Si te grito es porque extraño compartir tu silencio.
Si estas letras esquizoides se empapan en rojo furioso es porque son tus hijas abandonadas:

mujer poeta bruta niña torpe
hermosa y cruel escorpión
embaucadora y soez
me encantaría beber una vez más de tu veneno exquisito

y emborracharme de ti en atemporales momentos
en-amor-a-dos y brutalmente separados

éramos un peligro para esta sociedad
cómplices de todo
cuidado, no vayamos a pintar de colores estas sucias calles
cuidado, no vaya a ser que seamos más felices que los demás

los dioses tuvieron celos de nuestro amor terrenal de aire divino

Está bien. Tuvo que ser así. En este mundo ya no existen las historias de amor.

De la muerte y su eterna resurrección

El odio se fue. Es parte de la liberación del espíritu.
Las palabras empapadas de lágrimas y sangre se secaron
sin verguenza vomité mi sentir angustiado
dolido y dañado
atacado y confundido.

En un último respiro se fue la impotencia
algo me ha enseñado vivir y es
a vivir-siendo-feliz

Estoy tranquilo sintiendo de nuevo el vibrato del hermoso viento,
observando la erección de los bellos de mis brasos.
Sonrío en silencio. Respiro profundo. El mundo me saluda.

En un río oscuro quedó todo vestigio de resentimiento. El cuerpo no quiere esa contaminación.
El alma se eleva sobre las imperfecciones de la carne y apunta felina sus flechas de oro hacia la felicidad de una vida sencilla y tranquila.

Estas palabras de paz son casi llevadas por el viento al olvido o a la memoria de lo que no tiene importancia. Son hechos menores, sin ambiciones ni esperanza.

Adiós pasados presentes que jamás volverán:
ni en la coincidencia del pensamiento ni en el recuerdo

Me alejo lento de esa montaña. Otra vez. Sin mirar atrás.
Respiro profundo. El viento me golpea travieso la cara. Sonrío en silencio. El alma está en paz.

Desde el mundo de las ideas