mis ojos brillantes
los siento tirantes
no quiero dejar de vivir
siento que lloro de alegría
y no sé por qué
sediento ando de nuevos caminos
descubrirlos y en cada uno de ellos caer
felizmente perdido e inmaduro
a-tormentado con tanta sensación cósmica
de que de mí florecen rojas rosas
la pasión intensa
les digo sí
a todos los todos
a todas las nada
al amor, al odio, a la maldita rabia
se me infla el pecho y deseo salir corriendo buscando colores
a contra-viento
y si es necesario manchar el gris con mi sangre
vomitarla por la boca en una poesía escrita
me corto los brazos y la garganta
y que sobre la calle caigan mis sueños
mis deseos mi enamoramiento
todas mi rojas manchas
esos pinchazos de frío en ciertos lugares de mi cuerpo
me hacen estremecer
y quiero ir por ti
y tomarte de la mano
a ti y a tu pena
y llevarlas conmigo
y hacerlas reír
que la pena deje de ser gris
y que tus margaritas no se muevan de tu sonrisa
Aristo
la felicidad del solitario
la felicidad de su bella niña