lunes, 4 de enero de 2010

una carta para ti

Por qué vienes a mis sueños
por qué estás presente aún si ya no te quiero

Recuerdo tu mirada y mi reflejo en tu celeste espejo.
Recuerdo la negra noche y la roja sangre que me traje.

¿No fue acaso re-conocernos y jurarnos amor eterno?
"Finge que me amas y abrázame fuerte"
No era necesario fingir nada, pues yo te amaba...
sólo que no me atrevía a decirlo.

Y mis oídos aún retienen tus te amos.
Aún siento cómo se agitó mi corazón cuando me encontré en tus ojos.
Aún siento el calor de estar dentro tuyo y la música sonar al son del movimiento de nuestros cuerpos unidos al canto del Universo.

Qué pena. Sólo soy yo. Nada de eso es cierto. Jamás sentiste lo mismo que yo y no tenías que hacerlo tampoco. Nunca supe quién eras. O creo haberte conocido, pero después me di cuenta que tú no eras tú o quien yo creía que eras. Un amor a medias y una gran mentira escondida... mejor dicho: una gran verdad no dicha. Pero está bien, lo acepto y opté por olvidarte. ¡Pero por qué diablos te sueño todavía! ¡Por qué mierda, a regañadientes, siento que eres el amor de mi vida! ¡No quiero que lo seas! ¿Me oyes? ¿Me sientes? Ya no. Claro, hace tiempo que no existo.

No merezco este castigo. No es justo. Invoco a Dios, a los ángeles y al mismo demonio para que te saquen de mí. No quiero sentirte, nunca más. Ya acepté que debo olvidarte y en eso trabajo día a día, pero cada noche vienes a visitarme. Vete, vete ya. Por favor te lo ruego, déjame amar de nuevo.

Llevo mucho tiempo solo y en silencio. Me ha costado hacerlo, pero no volveré a ti, lo prometo.


Aristo Risato

Desde el mundo de las ideas