lunes, 18 de junio de 2012

Cierro los ojos y aparecen
Familia, amantes y corazones que he roto
Todos hablando, tocando, siendo

Veo el pelo de Maria
Cayendo, ondulando, bajando
Por su espalda fina
Cubriendo y mostrando
Tapando sus pequenhos pechos
Bordeando sus pezones, chicos como monedas de diez pesos

Y bajo la ultima punta de la cascada de su cabello
Sus caderas huesudas
Como esquinero
Su trasero erguido como lomas que abandonan el valle
Veo todo eso y mas
Sus manos y sus largos dedos
Sus unhas rojas
Como frambuesas
Como salpicadas de sangre

Sus manos que presumo saben mas que las mias
La veo a ella entre todas las mujeres
Distinta. Distinta? Distinta.
Creo. Pienso. Siento.

Veo tambien a la mujer cuyo inocencia destrui
Veo aquella otra que me robo la piel
Veo a esa poeta que violo todo
Y tambien veo a esa que jamas vi

Todas en mi cama
Todas gritando, cojiendo
Enredandose desnudas en mi cuerpo
Que flota sin abrir los ojos

Y lloramos todos
Y nos violamos todos
Con la lengua, con mi verga, con sus gemidos
Con toda nuestra rabia y nuestra sangre
Humedeciendo mi mente
Hasta que abro los ojos

Y estoy solo.
Se fueron todos.

Estoy solo, solo con esta sangre
Solo con esta noche y este silencio
Solo con todas esas lenguas de diamante
Solo al abrir los ojos, como el temblor del criminal
En su celda, encerrado
Encerrado ante todo en su negra conciencia.

Desde el mundo de las ideas