Recuerdo cada palabra dicha.
Ahora al lado tuyo de ti me escondo
tonto me averguenzo al mirarte nervioso
La atracción exquisita hacia a ti
Mirarte. Conocerte. Besarte.
Las ganas de estar contigo
sólo para contemplarte
mientras te mueves y
te haces colorido arte
Te veo sola brillando errante
cómo no querer acompañarte
aunque sea un mínimo instante:
momentos pequeños, los bellos detalles.
Pero ahora el silencio
me ordena alejarme
y seguir desde lejos observándote.
Bella mujer fina piel
te veré más adelante. Lo sé.
Aristo
y la maldición del amor
Es él, ser de voz y viento que habita dentro de mi piel. Es Aristo Risato, el de las ideas malditas, el de las letras de sangre.
jueves, 3 de abril de 2008
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Escribe y muere