los hombros se levanta duros hacia la altura de la cara
el tiempo pasa y uno en él se va transformando
somos grandes
somos pequeños
somos ancianos
somos niños
somos somos y siempre estamos siendo
y todo avanza y nos arrastra
rompiéndonos las uñas tratamos de aferrarnos
pero no podemos
no somos dioses
como marionetas caemos por la existencia
a merced de los hilos del Azar y el Tiempo somos
somos
una vez más
siempre somos
somos en el momento en que florecen las ilusiones
somos en el momento que se despierta el sueño
somos la caída
somos hoja al viento
somos seres extraños que chocamos sin vernos
Aristo
y el códico imposible de la existencia
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Escribe y muere