sigo el aroma de quien lejos camina
me acerco, pero se des-vanece
en el aire, en la mirada, en la suave indiferencia
una vez más
escojo el camino que no me lleva a ningún lado
¿por qué esta maldita condena?
nada más busco una mujer que me quiera
¡aaaah maldita sea!
dame una señal princesa morena
para no incendiar al mundo entero en un poema
el estúpido de Aristo
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Escribe y muere