martes, 21 de abril de 2009

a ratos escucho el silencio
su zumbido tenue y ligero

resuenan en mis oídos las palabras dichas
las de ellos
las mías

algunas me parecen vacías
infladas con pomposa nada
caen y rebotan en mis malditos oídos
¡que ya no quieren escucharlas!

imagino las carcajadas a mi espalda
perra vida macabra
estúpidas ideas de mi mente infectada

alucinaciones rojas
me acuchillan el alma

mientras el cristal de mis sueños
se revienta contra mi ventana

maldita niñez idiota
a veces desearía matarla

para dejar de creer
para dejar de sentir



Aristo, letras de fuego

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