viernes, 15 de mayo de 2009

diálogos internos...

La hoja en blanco no me intimida. He pasado una larga temporada en las más profundas oscuridades. De hecho, aún lo estoy. Su luminosidad no me lastima. Todavía no veo la luz, pero creo en ella. Preso anduve en una libertad que no quería: la libertad del vagabundo que se aleja de sí. Borracho de palabrerías caminé errante sin saber que me hundía en profundidades ajenas. No en las mías. Y la sensación de caos revolvía mi estómago y mis pensamientos. La noche negra y el tedioso día. Unos tras otros sin sentir como pasan los días. Sin tener la menor idea de cómo reacciona mi cuerpo al efecto del tiempo. Debo volver a mí y crear una nueva tabla de valores. ¡Con ella construiré mi camino hacia la luz!


Don Aristo Risato y que hable el martillo

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