cartas al viento y luego al suelo
nadando solo con un imaginario compañero
buscando peces en el aire
mejor caigo de estrépito y me entierro
en un escondido suelo
me voy de tu camino en silencio
sin reproches ni pataleos
Risato
Es él, ser de voz y viento que habita dentro de mi piel. Es Aristo Risato, el de las ideas malditas, el de las letras de sangre.
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Escribe y muere