Tras mucho caminar encontré la librería que un viejo poeta australiano me recomendó, en una tarde más de este otoño. I
Mi impresión fue escalofriante cuando al entrar vi estos libros, juntos.
Es él, ser de voz y viento que habita dentro de mi piel. Es Aristo Risato, el de las ideas malditas, el de las letras de sangre.
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Escribe y muere