Siento que es injusto quererla
Porque como la quiero nadie lo haría
Pero sólo tengo silencio y manos vacías
Me gustaría olvidarla, enterrarla, sacarla
De mis huesos y de la carrera roja de mi sangre
Porque recordarla me clava
Me aplasta las mañanas y me asoma eterna una noche
A veces odio amarla
Odio sus perfectas manos moldeándome
Odio su risa de luz y de aves
Odio recordarla
Porque las manos están vacías
Porque la busco ahora y sólo tengo un fuego desesperansándose
Apagándose en su última llama
Mientras mis ojos se cierran esperando la muerte
Ya no queda nada
Sólo mis manos vacías
Sólo de su cuerpo su alma
Que se escapa
Que no me ama
Risa-tos
Es él, ser de voz y viento que habita dentro de mi piel. Es Aristo Risato, el de las ideas malditas, el de las letras de sangre.
sábado, 1 de septiembre de 2012
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