Todo pasa frente a mis ojos
Como un río rojo
Lo veo
Pasa quemando
Volando los murciélagos
Anuncian la madrugada de todas las noches
Y tú por dónde corres
No puedo alcanzarte salvo en sueños
Pero despierto y desapareces
Como los recuerdos que entierro
Para no amarte
Pero no puedo
Y en mi vacío silencio
Camino hacia tu voz que lejos canta
Ciego voy pisando cadáveres
Siguiéndote invisible
Oliendo lo que recuerdo
Es él, ser de voz y viento que habita dentro de mi piel. Es Aristo Risato, el de las ideas malditas, el de las letras de sangre.
martes, 4 de septiembre de 2012
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Escribe y muere