hasta que se me rompan las manos
Destruir tu lenguaje cotidiano
decodificar tus miradas
absorverte el alma desde tus ojos
besarte ya no en sueños
sentir tus delicadas manos
El misterio del sabor de tu boca
me motiva, me aplasta, me sublima
pero el ladrón de flores debe retirarse en silencio
pero el niño terco no entiende razones de amor
pero el fuego de mis deseos quiere quemar tus miedos
Pero mejor que el caos de la tormenta viva adentro
en mis ojos, mis pensamientos
Yo no lucho contra fantasmas
No puedo. No quiero.
a
r
Aristo
y la maldita sentencia
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Escribe y muere