Invadido aún de una sensación oscura, más que esta noche, escribo
solo, tras mis manos que se mueven
respiro y todo transcurre independiente de mí
no estoy, pero soy
aquí, en el viento, en la hoja que cae, en la entrada del otoño
paso entre los árboles que parecen sombras o estatuas susurrantes
paso entre las calles como un papel cayendo
paso frente a un espejo como un criminal fugándose
veo los colores que trae el viento
veo el café y el gris, el blanco en el cemento
tumbado y atropellado sobre un rojo espeso que crece expandiendo
nada de eso existe
sólo estoy yo tras mis manos
sólo yo y este insomnio, estas ideas y una sensación triste
quién es el violento?
el que asesina dioses o el que pisa caracoles?
la tierra habla temblores, grita tormentas y se desangra en volcanes
las sociedades se transforman en espléndidas mutaciones
las personas se tragan sus ojos mientras sangran sus verdades
y el universo... el universo qué?
gira tejiendo su circular misterio
la noche retrocede ante la fría entrada del sol
lento la corre para no aplastar el brillos de sus estrellas que cuelgan
como si fuera una maqueta de títeres, de perlas y bolitas, de inocente negro
y el camino que se recorra
ninguna ruta finaliza, una vida es muy corta
importa andar husmeado, entre mujeres y amigos,
entre nidos y partos, entre silencios y ruidos taladros
desde la ruta ando, desde la ruta escribo mi nocturno canto
Aristo Risato
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Escribe y muere