No entiendo
La burla hasta en el sueño
O será que debo soltar al Destino
Dejar de apretar su cuello imaginario
Ya no queda camino
Debo aceptarlo
Sólo en mis sueños
Las noches vuelven a ser rojas
Hasta anoche
Prendida estaba la vela
A veces
Los sueños también duelen
Como uñas enterrándose en los ojos
Como espinas clavando todo el cuerpo
Hunduéndolo lento en su sangre
Morir es alejarse y desaparecer
Es él, ser de voz y viento que habita dentro de mi piel. Es Aristo Risato, el de las ideas malditas, el de las letras de sangre.
domingo, 23 de septiembre de 2012
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Escribe y muere